Comentario
Para 1912 el lenguaje cubista se había extendido notablemente, lo mismo que su conocimiento público, incluso en el plano internacional. Picasso y Braque configuraron un amplio vocabulario del que muchos artistas harán lecturas parciales o reinterpretaciones. Es algo parecido a lo que ocurrió con la muy variada recepción de la obra de Caravaggio en el siglo XVII. El cultivo de este arte nuevo se extendió, y con ello las versiones, muchas veces por fusión con otras tendencias o intereses estéticos. Con los papiers collés establecieron Braque y Picasso las bases del denominado cubismo sintético, una especie de traducción antagónica de la vertiente analítica.Los últimos años de la preguerra, de 1912 a 1914, fueron la época del collage cubista. En esos años se dieron las pruebas y experimentos que enriquecieron y reorientaron los medios expresivos. La introducción de superficies de color y el hecho de que las formas se hicieron más pronunciadas abrieron un camino estrictamente nuevo. Realmente el cubismo sintético propiamente dicho se produjo por trasposición de los efectos del collage a la pintura al óleo. Tales experimentos empezaron a producirse en la preguerra, pero los artistas no dejarán de innovar y hacia 1914 se conformó un sintetismo de nuevo aspecto, emancipado del papier collé.Síntesis es, en la terminología filosófica, una noción opuesta a análisis. Trata de ligar una pluralidad o una diversidad contradictoria en una unidad que supera las antinomias. Kahnweiler resume el surgimiento del cubismo sintético como un intento de superación del intelectualismo y de la difícil legibilidad del cubismo anterior: "Había en ello una antinomia. Intentaron después obviar la antinomia inventando una manera de pintar que, de hecho, derivaba de su propia escultura, la escultura que hicieron Picasso y Braque a partir de 1912. (...) En todo caso, el cubismo desembocó poco después, tanto en Picasso, como en Braque y en Gris, en una manera de representar los objetos enteramente diferente, y que se llamó cubismo sintético. Dicho de otra manera, en lugar de imitar incluso parcialmente las formas, en lugar de dar varios aspectos del mismo objeto, se inventaba una sola forma que sintetizaba, por así decirlo, el objeto en cuestión, un signo que significaba el objeto en lugar de imitarlo".El cubismo sintético jugó con nuevas formas de ambigüedad. Al sugerir, mediante la aproximación a texturas, valores táctiles, se hacía más ingenuo, grato y accesible. Sin embargo; las imágenes, lo mismo que se hacían menos severas, cobraron también en artisticidad, las composiciones se hicieron más autosuficientes, y el análisis de la realidad dejó paso a una exploración formal decididamente artística. Con ello se acusa más la separación entre la creación y la imagen del natural. Esta se vuelve artística.El distintivo de la síntesis es no ser un agregado de componentes, sino síntesis creativa, que alambica, mediante figuras nuevas, una unidad de conocimiento estético frente a la comprobada dispersión empírica. La imagen es correlativa a la realidad, pero sus cualidades se afirman según una coherencia propia. Relación es la cualidad elemental. La obra no se ocupa de la mera suma de los componentes que incorpora, sino que se ocupa eminentemente de la interrelación de éstos, de la recíproca influencia de los elementos que convergen en la composición.La forma cubista no se consigue ya por la desmembración y el análisis, sino que la forma es algo dado en el cuadro, y con ella se realiza la imagen, mediante construcción. La estructura del espacio se hace muy plana en estas nuevas composiciones. Pero, al tiempo se introducen otras formas de participación del relieve. Así, buscan la vibración espacial de la superficie, por ejemplo, agitando su textura mediante el empleo del puntillismo, gustando con el color, pintando algún elemento del cuadro en relieve, o, simplemente, superponiendo planos y colocando sombras y luces de diverso origen en ellos.Las construcciones se hacen luminosas y transparentes, como en un espejo tan firme como lúdico. En 1914 los cuadros de Picasso son sumamente dúctiles. El fragmentarismo anterior emplazaba a nuestra imaginación ante complejos asociativos que informaban sobre los objetos de la representación. Ahora se trata de una creación de realidad, tan bella y variada como el arte pueda decir. La autonomía estética se hace más confiada y se habla del cuadro pintado, esa naturaleza creada, como tableau-objet.En 1912 Picasso, como también haría Braque, comenzó a fabricar relieves de cartón que recreaban formas de guitarra. Son realizaciones que van muy unidas a la afirmación del cubismo sintético. Se presentan como volúmenes guitarra, con una entidad propia que suplanta a la guitarra en la contemplación visual. Son como poemas de cartón. En 1909-10 Picasso ya modeló una escultura cubista, la famosa Cabeza de mujer que desplegaba en tres dimensiones la imaginería pictórica del cubismo analítico: el complejo facetado, la captación por una visión desperdigada en torno a una figura unitaria. El eje sinuoso de la cabeza invita a rodearla para hacerse con la totalidad de la figura.En cambio, en los relieves de cartón de 1912, lo mismo que en otras esculturas de hojalata y de madera pintada que hizo en 1914, denota que le interesa una plástica frontal, incluso cuando las esculturas son exentas. Este respeto a la frontalidad caracteriza también a la pintura del período sintético.A partir de 1914 la pintura de Picasso se enriquece extraordinariamente, pero no cuenta durante los años de la Guerra Mundial con el cortejo de Braque, pues este ciudadano francés fue movilizado al frente. Picasso y Gris, españoles, tuvieron mejor suerte, y en su trabajo descansó el nuevo desarrollo del cubismo. Cuando Braque rehizo en 1917 su vida de pintor retomará el lenguaje desarrollado hasta 1914, mientras que Picasso establecía nuevos parámetros en la representación de sus motivos. Los lienzos de Picasso exploran relaciones espaciales más abiertas sobre el plano, como las que aparecen en la conexión del exterior y el interior en su cuadro Ventana abierta en Saint-Raphael, de 1919.Una vertiente muy generosa de la obra de Picasso en esta época es su pintura de figuras, que pone paréntesis a los temas de bodegón. Representará arlequines, instrumentistas, niñas .... como la Muchacha con aro de 1919, muy ahorrativa en sus medios plásticos y muy rica en sutilidades poéticas. Conduce la platitud del cubismo sintético a un máximo, eliminando, por ejemplo, los juegos de texturas. Sus cuadros se llenan, además, de humor y de vivacidad. Estas experiencias coronan en uno de sus óleos más célebres, los Tres músicos enmascarados, del que dejó dos versiones en 1921.